miércoles, 30 de noviembre de 2011

"Burbujas"

Una de las cosas, para mí, más divertidas, es observar a la gente que, con desenfreno, viven la pasión por algo, ya sea un hobby o un deporte. Esa actitud de entrega a lo que tanto disfrutan, los llena de adrenalina y un entusiasmo sui géneris.
Si se trata de invertir, tiempo o dinero, no reparan en hacerlo y sus esfuerzos se redoblan para vencer cualquier contratiempo con tal de lograr su objetivo. De ahí que, en las subastas, se paguen fortunas por una pieza de arte. O, con menos presupuesto, una persona se dedique con gran disciplina a los entrenamientos previos a un maratón o una competencia.
Su pasión mueve su mundo y es fantástico el poder positivo que ejerce en ellos.
Pero, como en todos excesos, las cosas pueden complicarse si, ese mundo de su afición, se apodera del total de su existencia, estrechándolo y limitando su visión. Cuando su discernimiento comienza a dejar de funcionar y la prudencia se anula, ¡alerta!
Ha sido así como, más de una vez, he visto que grupos que comparten un mismo interés, comienzan a desmembrarse. Cuando, uno o varios de sus miembros se desbordan en opiniones y dejan de comprender que, las aficiones, son eso y su razón, el disfrutar.
¡Qué triste es verlos atrapados en la burbuja de su propia obsesión y que la magia de la pasión se desvanece generando destrucción! Después de ver el efecto “burbuja” en acción, creo que las dejaré solamente como “juego de niños”.

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