lunes, 3 de septiembre de 2012

"Solución"


“Una solución (o disolución) es una mezcla de dos o más componentes, perfectamente homogénea ya que cada componente se mezcla íntimamente con el otro, de modo tal que pierden sus características individuales”.
Creo que, al fin, alcanzo a comprender esa definición de "Solución" que escuchara en mis tiempos de preparatoria. Y no es que haya vuelto a la escuela o me interese la materia.
Pero, al mirar a mis viejos, mis padres, entiendo el alcance de la tesis química sobre la forma en que dos elementos pueden combinarse.
Durante la fiesta de ayer, observé la enorme diferencia entre mezcla y solución. Muchos de los asistentes, a diferencia de la “solución” de mis padres, han vivido mezclándose. Reviso la definición de mezcla y leo: “En química, una mezcla es un sistema material formado por dos o más sustancias puras pero no combinadas químicamente. En una mezcla no ocurre una reacción química y cada uno de sus componentes mantiene su identidad y propiedades químicas”.
El estilo de matrimonio, en nuestra época, se ha convertido en el de las mezclas mientras, en generaciones anteriores, se unían en una solución que sólo por la muerte podía romperse.
¿Acaso nuestro egoísmo nos ha convencido de que, nuestro yo, es tan importante que no debe tocarse o transformarse al unirse al del otro?
Escribo mi conclusión y me sonrío. ¿Cuántas voces, que jamás escucharé, se levantarán para defender el derecho individual de la auto-satisfacción y autorrealización, encumbrada en las teorías psicológicas modernas, al leer mis líneas?
Mi madre está consumiendo sus últimos tiempos y mi padre, el otro componente indisoluble de su vida, se consume junto a ella.
¿Qué elijo? Seguir sus pasos y ser una solución con mi esposo. Los miro, como una sola vela a la que se le va acortando el pabilo y cuerpo maltrecho, empequeñecido, y no lo dudo: Espero terminar mis días, junto a mi amado, como ellos.

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