martes, 10 de enero de 2012

"NO"

Casi podría hacer una encuesta para comprobar que, una palabra, está entrando en desuso en la educación de los niños: “NO”.
Aunque hasta mi generación se utilizó sin matarnos ni generarnos daño permanente, ahora observo que se ha convertido en un “arma” peligrosa, según la psicología.
Cuando, desde el asiento trasero, yo o alguno de mis hermanos pedíamos ir a algún lugar o que nos compraran algo, un “NO” terminaba la conversación, si mis padres determinaban que no era el tiempo o la compra apropiada.
Los permisos, también, podían tener una negativa por respuesta y, aclaro, no siempre había una razón para que se coartara el deseo creciente en curso. También era permitido a los padres utilizar la frase “No, porque lo digo yo” y nadie debía ser llevado a terapia ni a primeros auxilios.
Incluso los maestros tenían derecho de utilizarla como una herramienta para mantener su autoridad dentro del salón de clase.
Ahora, el utilizar un “NO”, requiere de un bien respaldado bagaje de justificaciones para mortificar la voluntad de un niño, a quien se protege sicológicamente a costa de todo, incluso, de los límites.
Los límites, como consecuencia de la creciente ausencia de “NOs", también están en vías de extinción bajo la pujante presión de las necesidades desmedidas de los jóvenes y niños.
¿Llegará el NO a desaparecer? Tal vez, si los adultos no reaccionamos, lo veremos morir y, junto con él, los límites.

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