viernes, 20 de enero de 2012

"Acusado"

Hoy levanto el puño contra ti y que el mundo sepa tu fechoría.
Como hormigas al acecho, día tras día y en silencio, te lo fuiste llevando y, con la misma perseverancia, lo remplazaste por el tuyo. Sin pensar en que tu ausencia, algún día, te delataría y yo descubriría tu secreta maniobra: ¡Me robaste el corazón!
Porque, hoy al despertar a solas, a mitad de la noche, noté que algo me faltaba. No podía mantener el ritmo porque no podía seguir el tuyo. Y mis lágrimas, tan heridas de lejanía, confirmaron que ya no respiro el aire, pues tu aliento, se convirtió en mi sustento.
Me he vuelto mitad, he perdido la independencia que tanto defendí. En tus besos, sin disimulo, me fuiste despojando de ella y, en los abrazos, infundiste en mi tu alma.
Odio tu partida al mirar, que mis pies, sin ti, han perdido la alegría.
Hoy te denuncio, amado mío, como un ladrón que se robó mis suspiros, mis anhelos y, ahora que lo entiendo, hasta mi propia vida.
¡Te extraño!

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