viernes, 23 de septiembre de 2011

"SER"

Mi mente y mi corazón amanecieron, muy temprano, con un solo pensamiento: hoy es cumpleaños de un ser muy especial. . . mi mami.
Ella, cuando me di cuenta de que existía, ya llevaba 8 meses de llevarme dentro de su ser.
Cuando fui creciendo, junto con mis siete hermanos, dejó de ser ella misma para convertirse en “mamá”.
Inició múltiples carreras para ir forjando su hogar y su familia. Tuvo que ser doctora y curar: chipotes, fiebres, sarampión, descalabradas, cortadas y rodillas raspadas. También aprendió a ser decoradora para hacer de una casa, un hermoso hogar para sus ocho hijos.
Ser economista y administradora fue indispensable, aunque ser “malabarista” le ayudo para controlar los ajustados presupuestos.
Tal vez ya no pudo ser la artista que soñó ser cuando pequeña, ni ser la viajera trota mundos que también se le antojaba. Pero, en vez de eso, aprendió a ser una artista en la cocina, ¡la mejor! Y una constante viajera recorriendo interminables distancias para llevarnos al colegio, la clase de música, de natación, gimnasia, inglés, pintura y. . .bueno, ¡Tuvo que ser, entonces, chofer incansable!
Cuando adolescentes, aprendió a ser paciente, perdonando nuestros desplantes y rebeldías. Y ser, a su pesar, la única en siempre confrontarnos con la verdad.
Desde que crecimos y dejamos la casa, ha tenido que ser guerrera. Luchar por nuestras causas, ayudarnos en nuestras dificultades y, al menos para mí, volver a ser la enfermera para cuidarme, de día y de noche, hasta verme recuperada de las heridas cuando he caído en la batalla.
No deja de ser, para toda la familia, bateadora emergente que sale en nuestro auxilio para cuidar un nieto, preparar una fiesta sorpresa, hacer la compra de última hora o recibir invitados inesperados.
En los tiempos de cambio, aprendió a ser abuela y, 23 nietos opinan, ¡la mejor! Y, como Dios la quiere tanto, le ha permitido ser, ahora, bisabuela de mis dos nietos.
Ella no deja de ser el calor del nido al que todos corremos cuando nos entra el hambre de cariño. Le gusta ser remanso y descanso para cada uno de los suyos.
Lo increíble es que, en todos estos años de ser madre, abuela y bisabuela, jamás ha dejado de ser una sorprendente y fiel esposa.
Hoy, creo que ya escribí, es un día memorable. El día en que, 41 corazones, se unen para dar gracias a Dios y celebrar a un SER maravilloso. . . MI MADRE.
Y si alguien quiere sumarse a nuestra gran celebración, únase a nosotros en esta oración:
¡Que Dios guarde y bendiga a mi mami por muchos, muchos años más! AMEN.

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