lunes, 5 de septiembre de 2011

"Prisas, principios y princesas" (Parte 1)


“¿Podrías escribir algo corto sobre tu nieta para un concurso de princesas?”, preguntó mi hija y, antes de alcanzar a responder, apareció la dirección de enlace con la convocatoria. A toda prisa, pues el plazo terminaba en menos de 36 horas, abrí la página y leí sobre el tema con una única pregunta: ¿A qué princesa se parece más tu hija? (Explica de la forma más creativa tus 4 razones). Un último “click” me enteró que debía hacerlo en 700 palabras.
“¿Qué dirías tú?, pregunté a mi hija. Su respuesta quedó en listada en tres puntos y, sin dificultad, yo misma agregué la cuarta razón.
De ahí, concentrada en las memorias con mi nieta, ataqué el teclado con un primer borrador que, vez tras vez, edité y corregí hasta que mis palabras modelaron a mi pequeña princesa.
El tiempo apremiaba pero la opinión de mi hija era indispensable. Mientras ella leía, yo repasé la bases y. . . ¡Sorpresa! Las 700 palabras eran, en realidad, 700 caracteres.
Con mi mejor actitud corté, recorté y volví a cortar, sólo para encontrar que era imposible rescatar la primera versión sin lucir totalmente mutilada. Frustrada, exprimí mis pensamientos y derramé los escasos 700 caracteres en algo que en nada hacían justicia a mi princesa. El remedo de inspiración, igualmente, fue enviado para participar en el concurso.
Así que, para sacarme la espina de la frustración, decidí mostrar a mi princesa en este blog porque, ¿Qué princesa no tiene su blog?

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