domingo, 26 de abril de 2015

"LA PROMESA: La Carta"

La música es sin duda uno de los lenguajes con más poder para mover las emociones del ser humano y la oratoria es un don. Pero el alcance de la escritura ¡es insuperable! Revela las ideas de otros, sin las fronteras del tiempo; aviva la imaginación y recrea imágenes que nadie más puede igualar; y más allá. . .nos regala mensajes de quienes amamos y tenemos lejos, muy lejos, más allá de esta vida terrenal.


Ayer, no menos, cuando en mi cielo se anunciaba una tormenta y el ánimo se empeñaba en abandonarme, una carta de mi padre escrita hace algunos años, me habló en su nombre en el momento que más lo necesitaba, diciéndome:

"Lo más importante, que no puedo eludir por el gran amor que les tengo, es tatuar en sus almas la fe en Dios, que es el gran hacedor del universo y el autor de nuestra existencia; que es la luz que los colmará de fe cuando la oscuridad del fracaso y el dolor pretenda aniquilar sus vidas. Mi mayor anhelo es el de lograr fortalecer sus vidas con la bendición sagrada que los hará sentirse protegidos por ese Ser inefable, aún en los momentos más tristes y desesperados de su existencia".
Horas más tarde, la desesperación y la tristeza atacaron mi vida, y siguiendo la dirección marcada por mi papi, recordé poner la mira de mi fe apuntando hacia Dios y pedí la bendición sagrada que me diera la fortaleza que con desesperación necesitaba para no sucumbir bajo el peso de la angustia.

Entonces agradecí que mi papi, años atrás, hubiera tomado el tiempo de escribir aquella carta, y Dios pudo echar mano de ese mensaje para enviarlo a mí, a tiempo y con todo el poder que sólo un padre puede imprimir en su bendición y su consejo.

¡Gracias es bendición sin tiempo, papi, y gracias por dejar ese mensaje para el día oscuro, siempre a tiempo!

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