jueves, 27 de junio de 2013

"Cuenta regresiva"

En casa, en los últimos días, parece haberse activado un enorme cronómetro y, en cada tic-tac, me va recordando sobre los finales que se avecinan y los inicios que nos esperan.
Para mi hijo, las siguientes dos semanas le llenarán el tiempo con reclamos para atender los pendientes: El fin del verano en la universidad, las clases para el estudio autodidacta de su instrumento musical y los últimos preparativos antes de dejar el país por un tiempo. Y hablando de los inicios que lo acechan, están un viaje memorable entre primos y la experiencia universitaria en el extranjero.
En el caso de mis nietos, los finales también están por llegar a ellos.
Mi nieto, tras varios años de jugar y crecer con un grupo de amigos, está a días de despedirse de lo que, seguramente, en su mente, llama “mi mundo conocido”. También, en pocos días, dejará de ser el único niñito en casa y su espacio personal dejará de ser “mi” para convertirse en “nuestro”.

Y, tras casi nueve meses, como en un goteo constante, está por derramarse la última gota de la espera, en la gestación de mi tercer nieto. La expectación por la llegada de Andreas, muy pronto, llegará a su fin.
Para mis dos nietos, el umbral del futuro que se acerca, traerá los cambios que sólo la presencia de un nuevo ser puede traer. 
Será el parte-aguas que dará fin a la primera infancia de mi nieto, convirtiéndolo, muy pronto, en hermano mayor. También, enseñará a mi nieta de la existencia de quien requerirá de una paciencia que, hasta ahora, sólo le tocaba disfrutar. De ser la bebé de casa, pasará a ser la niña pequeña y hermanita.
Los vientos de cambio silban cada vez más fuerte en mi familia. El marcapasos del tiempo me recuerda la cuenta regresiva en muchas experiencias y me anuncia los nuevos mundos por vivir.
Aunque, pensándolo bien. . . ¿Acaso no iniciamos la gran cuenta regresiva desde el momento de nacer? Parece, entonces, que mientras más pronto lo entendamos, haremos mejor uso del tiempo que nos resta.

Por eso, ¡a disfrutar, a grandes bocanadas, de la presencia de mi hijo! ¡Y, que los días que seguirán corriendo, me recuerden de la gran bienvenida que estamos por celebrar!

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