martes, 28 de agosto de 2012

"Nuestro legado"


Los hay de barriga redondeada, con cabello plateado o sin un solo pelo en la cabeza, también vienen con bastón o con silla de ruedas, de piel arrugadita o muchas manchitas en el dorso de la mano. Otros aún corren por las mañanas en sus Adidas y bailan vigorosamente durante las fiestas.
La presentación es tan variada, que parece que cada abuelo es único. Y, tal vez, esa sea la razón por la que, cada niño, merece uno. Pero, a fin de cuentas, he descubierto que pocos adultos comienzan por describir la imagen de sus abuelos pues, lo primero que recuerdan, son su acciones.
Así, quienes han sido bendecidos teniendo a sus abuelos cerca, hablan de: la sopa favorita que su abuela le preparaba a cada visita; como aprendió la pasión por la lectura sobre las rodillas de su abuelo, quien le leía libros de aventuras; el descubrimiento por su vocación de biólogo cuando acompañaba a su abuela para podar el jardín; reconocer la compasión de su corazón al recordar la benevolencia de sus abuelos frente a sus errores y travesuras, o el amor de Dios que los abuelos le enseñaron y que, en momentos de dificultad, rescató para retomar el camino.
Las anécdotas son interminables pero, el efecto en la vida de las personas, es uno: Un legado de amor que los enriqueció y formó para su vida de adultos.
La maravilla de los abuelos es que, lejos de los discursos, aran el corazón de sus nietos con presencia, lo siembran con acciones y ejemplos, y lo riegan generosamente con tiempo, sin prisas ni apuros.
Sin duda, los nietos son un enorme regalo pero, los abuelos, si quieren hacer un buen papel, deben prepararse desde la juventud. Su éxito se perfila cuando, a lo largo de su vida, van guardando en el cajón de su legado cosas valiosas como: un buen testimonio de vida, algo de sabiduría, mucha paciencia, una buena carga de benignidad y bondad, una dosis alta de fe en Dios y, por sobre todas las cosas, amor infinito para compartir.
Hoy es el día de los abuelos y, a diferencia de otros, no es feriado pero. . . ¡No importa! Los que somos abuelos, sabemos que cada día con nuestros nietos es una celebración de vida, especial y maravillosa.
Así que, ¡FELIZ VIDA DE ABUELOS a todos nuestros compañeros de misión!

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