jueves, 15 de diciembre de 2011

"Nostalgia"

Recorrer el año vivido –casi de forma inevitable– abre la presa de recuerdos llevándome a flotar sobre un río de nostalgia. Y, aunque para muchos volver al pasado es algo casi vetado, a mí puede resultarme una experiencia agridulce y placentera. . . casi mágica.
Tal vez, esa pequeña aventura de volver al pasado en la memoria me es un buen ensayo pues mi vida ha quedado sembrada de muchos momentos bellos y emotivos y, aquellos que están salpicados de algunas lágrimas de dolor, al final, tienen un final que yo llamaría “de bendición”.
Dejarme llevar por la nostalgia es como ver el mar desde la orilla y desde esa perspectiva que sólo el presente puede dar. Los matices de las decisiones, los encuentros y los desencuentros tienen –desde el "hoy"– una mayor claridad al surgir su imagen desde el “todo” de mi vida.
Aquellas experiencias que en su momento clasifiqué de dolorosas o malas, se suavizan al verlas bajo la luz del contexto completo y, una forma de gracia, las hace menos filosas y más útiles en mi conciencia.
El año está por dejar caer al fondo del reloj sus últimos granos de arena y, casi con prisa, la nostalgia va invadiendo mi memoria como si con urgencia quisiera repasar conmigo lo que este ciclo me dejó como bagaje.
Así que, antes de gritar junto con los míos “Feliz año Nuevo”, descorcho un vino e invito a mi anhelo del pasado –mi nostalgia– a caminar los últimos días en mutua compañía.

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