domingo, 16 de octubre de 2011

"Personajes"

En una familia con tanta gente, las historias y experiencias se acumulan de manera exponencial. Cada contacto, cada intercambio de opiniones, cada evento, dan material suficiente para escribir un sinnúmero de novelas y relatos que, al final, van compilando un guión de vida que abarca, hasta hoy, cuatro generaciones.
Y en noches como ayer, en que tuvimos un espacio para decir al festejado dos de las razones más importantes por las que ha sido especial en nuestra vida, me puse a pensar que, en esas pequeñas historias, todos fuimos actores.
¿Y, qué dijimos la mayoría del personaje estelar de la noche, mi hermano? Entre relato y relato, fuimos dibujando un personaje cuyas cualidades más relevantes son: generosidad, bondad, sacrificio y una determinación inspiradora para la mayoría de nosotros.
¡Qué hermosas lágrimas brotaron de los ojos de mi hermano! Los sinceros reconocimientos de los miembros de su familia lo llenaron de emoción. Entonces comprendí que, de alguna manera, todos nos vamos apropiando de un rol, un personaje al que vamos recreando y dando vida en el escenario familiar.
Sin darnos cuenta, nuestra caracterización va dejando huella en los otros y, de acuerdo a ella, esperan respuestas, reacciones y aportaciones a su historia personal.
A mis cincuenta y uno, no puedo evadir preguntarme, ¿cuál es el personaje que he vivido? ¿El honesto, el justiciero, el amoroso, el compasivo, el mata sueños, el amigo. . .? Con tantas opciones y tan diversas, me propongo revisar, depurar y remodelar mi legado, mi personaje, en la memoria de los míos.

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