miércoles, 26 de septiembre de 2012

"Mi mejor deseo"


Hoy, para los judíos, es “Yom Kippur”, ese día del año cuyo fin es el expiarse de los pecados y lograr el perdón. También, en otro sentido, lo extienden a su prójimo en la intención de continuar en las relaciones con un saldo en blanco tras perdonar y pedir perdón por sus faltas.
Y hoy, después de un recordatorio de la celebración judía, leo en el muro de la red social la declaración y promesa de amor de una joven novia: “¡¡¡AMOR TE AMO CON TODA MI VIDA!!!”. ¿Coincidencia? No creo en ellas así que prefiero centrar mi atención en la enseñanza que puede darme esa combinación de mensajes.
Entonces me pregunto, ¿adónde se van todos esos votos y declaraciones de amor cuando el fracaso sobreviene en los matrimonios? Si como esta hermosa pareja, muchos inician la aventura con un amor que no les cabe en el corazón, ¿por qué encontramos tantas vidas rotas por la separación.
Regreso un renglón en la pantalla y me parece encontrar la respuesta: Olvidamos celebrar un “Yom Kippur” con nuestro amado, ¡todos los días!
Armando una historia idílica, imagino a esos enamorados a punto de casarse en ese primer día cuando él no llegue a esa comida que ella preparó con tanto esmero. O el primer sentimiento de celos en ella cuando, él, atienda a una reunión con amigos y sus planes juntos queden atrás; o el dolor que, unas palabras ásperas, pronunciadas en un mal momento de impaciencia de ella, causarán en el corazón de él. Tarde o temprano se darán cuenta de que, ese ser humano maravilloso, cometerá errores.
Los ejemplos, siendo honestos, podrían sumarse y no serían distintos a lo que, quienes llevamos muchos años en un matrimonio, hemos vivido.
¿Qué desearía entonces a estos dos seres que ahora resplandecen de amor? Sin mucho pensarle, creo que pediría para ellos que, día a día y cada noche, vivieran en un eterno “Día del perdón”. Eso, estoy segura, sería la garantía de que su matrimonio durará hasta que la muerte los separe. Porque, ¿para qué desearles un amor eterno? Eso, al fin y al cabo,  ya lo han cultivado y hecho crecer hasta el día de hoy.
Así que, ¡MUCHOS Y COTIDIANOS DIAS DEL PERDON PARA LOS NOVIOS! Y que  ¡DIOS LOS BENDIGA!

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". 1 Corintios 13:4-7

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