“Mi absurda lista de propósitos
para el 2014”
Querido
Dios, ¡hasta aquí llegamos!
Se nos acabó el 2013 y, primero que nada, te quiero
dar las gracias por tantas bendiciones (aunque en su momento, la verdad,
parecieron espinosas).
Gracias
por el rechazo e insultos que recibí (ya entendí lo que Tú sientes).
Gracias
por la falta de gratitud y el rechazo que viví (¿no te cansas de dar, Señor?
¡Ahora Te admiro más!).
Gracias
porque mi corazón empezó a fallar (y aprendí a no tomar el regalo de la salud a
la ligera).
Gracias
por la depresión (y porque la mano de mi esposo siempre estuvo ahí, y obvio,
¡tú también!).
Gracias
porque tuvimos que deshacernos de propiedades y no cambiamos el auto (vaya que
me recordaste sobre las prioridades).
Gracias
por el cansancio que no me dejó salir de la cama tan temprano (tuvimos más
tiempo para conversar).
Gracias
porque permitiste que extrañara tanto a mi hijo (en la distancia, sigue
confirmando y trabajando sobre su vocación).
Gracias
por el dinero que no alcanzó (ahora sí podemos decir, como esposos, “en la
riqueza y en la pobreza”).
Gracias por las guerras (esta época de paz, reencuentros y restauración en mi familia, me sabe bien. ¡Promesa cumplida!).
Gracias
por la incertidumbre y los temores (créeme, no tengo duda de que ¡ese bebé y la
salud de mi hija son un milagro!).
Y,
ahora, mi lista de peticiones para el 2014:
Empezando
como la canción, te pido por salud abundante. . . ¡Olvídalo, Señor! Creo que es
mi responsabilidad cuidar de ella, así que mejor te pido para que devuelvas a
Manny la salud perdida. ¡Él necesita mucho más que yo de Tu ayuda!
Sobre
el dinero, ¿qué tal un incremento en el presupuesto? Pero. . . pensándolo bien,
mejor te pido que pongas en mí un corazón generoso para compartir lo que ahora
tengo. La verdad, ¡tenemos mucho más de lo que necesitamos! Y, en este momento,
nuestro amigo Manny necesita mucho más de esos recursos para conservar la vida.
Aunque,
en el amor, no tiene caso que te pida que me des más. Vaya que lo recibo a
manos llenas de mi esposo, mis hijos, mis padres, mis hermanos y hasta de mis
amigos. Creo que, mejor, mi solicitud es que viva el amor como tú lo haces:
Amando cuando el otro parece no merecerlo; amando a quien me hiere, y amar
perdonándolo todo.
¿Qué
pedirte para este año que inicia, entonces, Señor Dios?
¡Ya
sé! Que estés ahí para consolarme, que escuches mis quejas con paciencia, que
me alegres con el simple pensamiento de que me amas y que, no importa lo que
tengas preparado en el 2014, ¡TE SIGA SINTIENDO MUY CERCA DE MÍ!
GRACIAS
POR TODO Y ¡VENGA EL 2014, MI DIOS! (pero contigo)
Nuria
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