jueves, 14 de junio de 2012

"Pequeñeces"


Cuando hablamos de cosas de poca importancia o sin trascendencia, las llamamos: “pequeñeces”. Pero, ahora veo, no siempre es así.
Hoy, por ejemplo, mi sentido del tiempo cambió al enterarme de que, a mi nieto, le extrajeron dos dientes. Sí, ¡Mudó sus primeros dos dientes! Esas dos pequeñas piececillas, saturadas de calcio, trajeron imágenes vertiginosas que revolvieron mi mente y atontaron mi conciencia. ¿Acaso no fue apenas hace un corto tiempo que, en la pantalla de un ultrasonido, vi algo parecido a una mariposa agitada que se movía y me explicaron que era su diminuto corazón latiendo? ¿Es posible que hayan pasado tantos días desde que apagó una velita solitaria en su pastel y nos maravillábamos con sus primeros pasos? 
La noticia de que, esta noche, él dejaría una  cajita en forma de ratón con los dientes pequeñitos dentro de ella, esperando amanecer con algún billete para comprarse un juguete, me hizo caer en la cuenta del yugo inmisericorde del tiempo.
Al igual que la vida me tomó por sorpresa cuando su madre cruzó el umbral para salir del nido y cuando mi hijo cerró la maleta para ir a vivir al otro lado del mar, esta noche, otra vez, me ha gritado fuerte y claro que, mi chiquitín, antes de que alcance a darme cuenta, también crecerá hasta convertirse en hombre.
Me duele el corazón y mis huesos, en un instante, resienten los años que me han sostenido. Compasiva, mi alma, intenta hacerme sonreír con los miles de recuerdos que hemos guardado en ella: Tardes entre juguetes y calcetines llenos de arena; dibujos colgados en el refrigerador como trofeos y cantos musitados mientras lo acuné en mis brazos; travesuras escondidas bajo nuestra complicidad y risas, ¡muchas risas! al disfrutar el estrepitoso caer de las fichas de una torre.
Hoy tengo más canas que ayer y una lista, cada vez más larga, de cosas que he dejado pendientes por ser abuela. Aun así, ni por un segundo, cambiaría nuestros juegos y vida juntos. Porque, ¿no son esos dientes un recordatorio de que, muy pronto, Gramma será parte del recuerdo de su infancia y él seguirá su camino?
"Señor Dios, ¿porqué la vida tiene tanta prisa? Tú que tienes el poder y tuyo es el tiempo, ¿Por qué no me haces un regalo, uno muy especial y alargas su infancia?".

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