martes, 7 de mayo de 2013

"Vivir al día"


Nueve días y contando pero, ¿qué es lo que realmente cuenta en nuestro paso por la vida?
Esa pregunta me ha rondado desde que Guillermo se fue e, inevitablemente, viene a mi memoria la reseña que escuché en su sepelio, la historia de alguien que vino a despedirlo con abundantes y desesperadas lágrimas.
-Todos lloramos su muerte- dijo ella, al contármelo -pero el llanto de quien dejó algo pendiente con el que se fue, es uno que no tiene consuelo.
¡Cuánta razón! Las lágrimas de quienes han vivido al día sus relaciones, tarde o temprano sentirán que las gotas se secarán al calor de los cálidos recuerdos y memorias de risas, vivencias compartidas y amor demostrado.

Pero, aquellos que dejaron sembrada la cizaña de la discordia, el pleito, el rencor o el odio, de cara al muro infranqueable que aparece cuando el otro muere, se quedan atrapados en el remordimiento y la mordaza de la ausencia que jamás les permitirá pronunciar las únicas palabras que podrían devolverles la libertad: ¡Perdón! ¡Te amo!
Las palabras de amor, frescas y pronunciadas con frecuencia, son las que nos regalan la ligereza para vivir la vida al día y estar siempre listos para la despedida imprevista. Ahora lo entiendo.
-¡Te quiero mucho, papito!- le dijo ella como despedida, la hija que ahora llora pero que, tarde o temprano, llegará al remanso suave y grato de la resignación.
Sabía eres, Marcelita, viviendo como tu padre lo hizo: ¡Con el amor al día!

Las cenizas se van enfriando, pero su recuerdo no. ¡A sonreír!

2 comentarios:

  1. Nuria, me encanto. Vivir intensamente y disfrutar cada momento de mi vida y no solo demostrar amor a mis seres queridos sino decírselos, es un gran reto. Cada día despertamos y es un milagro de Dios que estemos con vida.
    Saludos
    Jesús.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido contigo, Jesús, cada día es un milagro y una bendición. Saludos.

      Eliminar