Tal vez algunos han leído la historia
de un hombre que estaba muy enferme. Tan mal estaba, que sus amigos
comprendieron que necesitaba un milagro o moriría. Por fortuna, durante esos
días, un milagroso Sanador estaba en el poblado y los amigos vieron que era la
única oportunidad que podía salvarle la vida.
Como casi todas las personas famosas,
el Sanador estaba rodeado de una multitud y era difícil acercarse. Aun así, los
amigos del enfermo no se detuvieron en el intento cuando llegaron y vieron que
era imposible pasar entre el gentío. ¿Qué iban a hacer? ¡La vida de su amigo
estaba en juego!
Así que pensaron, “si no podemos
pasar por la puerta, ¡lo haremos de otra forma!”.
Fue entonces que la gente, en el
interior de la casa, escuchó ruidos en el tejado.
-¿Qué está pasando? –se preguntaron, viendo que
el cuarto se iluminaba y que, a través de un agujero en el techo, esa nueva luz
era bloqueada por unas sobras que estaban bajando una camilla a través del
boquete.
-¡Es una locura! –gritaron algunos, molestos por la interrupción, y
dejaron el lugar enfadados por la presencia de aquellos molestos intrusos.
-¿Necesitan ayuda? –preguntaron otro, mientras trataban de sujetar la
camilla donde yacía el enfermo, aligerando la carga al grupo de amigos.
-¡Buen intento! ¡Sigan
adelante! –agregaron otros, sonriendo con simpatía, mientras observaban al
grupo de amigos y voluntarios que se esforzaban por bajar su carga.
-¡Están locos! –gritó el dueño de la casa, al ver su techo arruinado.
Al final, el equipo de amigos y voluntarios logró llegar hasta el
Sanador. Y el hombre que fue sanado volvió para estar con su familia, y vivió
agradecido al Sanador y a sus amigos por no darse por vencidos.
Al recordar esta historia y repasar las diferentes reacciones, veo
retratado a nuestro pequeño equipo y la forma en que la gente ha respondido a
nuestro desesperado intento de acercar a nuestro amado Manny a la única oportunidad
que tiene para sobrevivir.
Tal vez te estés preguntando: ¿Lograrán alcanzar su meta?
La respuesta es: ¡Sí, no dudes que lo haremos!
Ahora solo me pregunto: ¿Cuánta gente nos echará una mano para lograrlo y
cuanta se alejará o simplemente nos observará con simpatía?
La reflexión de un “Equipo de locos”.
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